Adin Masencamp nos lleva de viaje a una ola especial enclavada entre enormes cabezas de algas en las profundidades oceánicas del sur de África.

Pero no es una ola para los débiles de corazón. Para surfear aquí hay que esquivar a los cazadores furtivos y a algún que otro tiburón, por no hablar de la ola en sí, que tiene un parecido asombroso con Pipeline, en Hawai, si Pipeline rompiera en aguas heladas y estuviera plagada de enormes cabezas de algas.

Por el camino descubrimos por qué éste es uno de los pocos lugares del mundo donde los bosques de algas crecen en lugar de disminuir, y qué necesitas para surfear entre ellos.



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